viernes, 7 de febrero de 2014

Llegó el momento

Luego de meses de pago de cuotas, de juntas para organizar que terminaban en tecitos para ponerse al día con la vida (y terminábamos organizando por whatsapp), meses de ansiedades y papeleos... al fin nos vamos en este viaje increíble.
Si me hubieran preguntado el año pasado en esta misma fecha "que harás para tus vacaciones?" probablemente la respuesta habría sido Pichilemu. Y es que tampoco me puedo quejar, pues Pichilemu 2013 estuvo lleno de trabajo veraniego, de mi primera incursión con las olas y el surf, de bailar hasta que cerrara el local, de bebida (hasta de la piscola que no me gusta!) de humos con aroma a felicidad y de los completos del Rey del bajón.
Me habría encantado repetirlo, pero cuando se planifica no es lo mismo. Así surgió este viaje. Con un "que tal si...?" y una perfecta sincronía se dio el momento y la compañía. Cerrando ciclos viejos y comenzando etapas nuevas, nos encontramos en la locura (y gracias al gentil auspicio de Visa y Master Card).
Que expectativas tenemos? Todas! De conocer, de crecer, de hacernos un rico y "the real" masaje Thai, de tomarnos un bucket mirando una playa paradisíaca, de acariciar elefantes y tigres, de pasear en tuk tuk o al menos posar para la foto, de observar el Rio Kwai escuchando la melodía de la película en la cabeza, de descubrir los mil y un Budas y de sorprenderse ante la inmensa y verdadera sonrisa de un pueblo que tal vez no tiene mucho dinero, pero tiene mucho espíritu. Todo eso y más. No hay expectativa suficiente cuando se viene una nueva experiencia.
Y tal vez lo mejor es no llevar ninguna, y en vez de pensar en el futuro simplemente tomar las maletas, disfrutar del paisaje y dejarse llevar, para sorprenderse y jamás desilusionarse. Como debería ser un poco más la vida.
Nos vemos en marzo!


jueves, 6 de febrero de 2014

Danzando se alegra el alma... viajando también!

Pues bien. Hola de nuevo.
Hace mucho que no escribía. A veces cuando las cosas van demasiado bien hay más de qué preocuparse... otras veces la rutina te consume y te roba la inspiración.
La vida se había puesto seria, adulta, llena de trabajo y con los problemas de la diaria convivencia. Cuando ya estaba acostumbrándome a la idea de ser llamada "señora", un vuelco de timón se encargó de decirme que aún no era mi momento. Había mucho por recorrer, mucho por danzar, mucho por amar y sobre todo por vivir.
Manos a la obra!
Viviendo, amando, danzando... nos falta una sola cosa. A volar!
Acá iré dejando migas, para que nunca se me olvide de donde vine.
Nos vemos en algún teatro, o en algún aeropuerto. Quién sabe.